viernes, 19 de febrero de 2010

LLEGASTE


Querido pajarico:
Viniste a parar a mi jardín al caerte de tu nido en la palmera más alta. Era primavera.

Tú eras apenas una bolita con pelusa, un potente sonido y unos ojos muy espabilados.El proyecto de gorrión más pequeño que sacamos adelante.
Te pusimos en una cestita de esparto con algodón.
Era la época de Heidi, así que inevitablemente, te llamamos pichí...
Comías una especie de papilla que hacíamos básicamente con galletas maría, y gotitas de agua que sabiamente cogías de nuestro meñique.
Era muy curioso ver cómo nosotros te adoptamos y tú nos adoptaste a nosotros: nada más vernos pasar por tu lado, piabas como un descosido, intentando que te diéramos más comida... pero había que tener cuidado, no podías repetir más que cada dos horas...